"Salió de mi casa y de mi vida por la ventana, arrancando con trabajo un largo vuelo hacia el negro cielo en el que se perdió sin remedio. Pero antes de partir, la lechuza, de espaldas a mi, giró 180 grados su cabeza, volvió a mirarme como despidiéndose y yo entendí, sin saber porqué, que debía protegerme. Poco después de este sueño, el que era ya mi expareja, enloquecido por una ruptura que de ninguna forma estaba dispuesto a aceptar, intentó robarme la vida.
Después de lo sucedido, para mi, aquella lechuza de mi sueño que pesadamente levantó el vuelo mientras su blanca silueta se perdía en el negro cielo fue el anuncio de mi más que posible muerte de la que milagrosamente, aún no sé ni como, me salvé."