Colaboradora con Canal Catala, Estil 9 y La Sexta TV. artemisatarotartemisaforo.blogspot.com.

Una forma diferente de entender el Esoterismo.

Bienvenido Amig@:

Si me has seguido a lo largo de estos años verás, que este es un anexo más de Artemisaforo-Artemisatarot que te ofrezco para facilitar que me puedas contactar, además de Facebook y la Web de Artemisa (sitio Oficial) http://www.artemisaforo.com/, que muchos de los visitantes de este blog conocerán. Recuerda... Primero fue la Librería Esotérica Artemisa fundada en el año 1997. Luego, junto al registro de marca, ArtemisaForo en el que tan buenos ratos hemos pasado. Y tras Artemisa-Tarot o Tarot Artemisa (Pag. de Consultas), ahora he decidido comenzar este Blog que a la vez de facilitarte mayor información y ayudar a que me conozcas mejor, también pretende ser un pequeño archivo de anecdótas y curiosidades, de esas que se pueden ajustar al aún amplio Mundo del Esoterismo. Espero que mi blog lo encuentres interesante.

Mis mejores deseos para ti.

Artemisa.

Si deseas Consulta Presencial llama al telf.:
+34 932 180 718

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sábado, 2 de julio de 2011

CONTACTO CON EL MAS ALLA.



Puede parecer extraño pero los contactos con el "otro lado" no siempre son como esperamos. Los que me conoceis sabeis que soy bastante analítica y que antes de lanzar una afirmación en cuanto a "lo desconocido", acostumbro a analizar y no dejarme llevar solo por "sensaciones" o ilusiones y como efectivamente es habitual en mi, en esta realidad que aquí os explico, seguí manteniéndome en mi misma línea de "excepticismo" hasta que "alguien" me llamó la atención y me hizo comprender que lo que "parecía", más bien "era".

Este artículo lo edito en el segundo aniversario de la defunción de mi querido perro PEQUE fallecido de ancianidad el 29 de Abril del 2009 y con cual compartí casi 15 años de mi vida. Los afectos y sentimientos no entienden de razas ni colores. Sirva esto para los "escépticos".

                                               A ti te lo dedico Compañero.


Después de casi 15 años de compartir geniales ratos y también fatigas y angustias por cuestiones personales que no vienen al caso, llegó el día en el que la grave artrosis deformatoria que sufría mi coleguita, me llevó a la encrucijada de tomar o no tomar "la horrible decisión". Peque no podía ya ni caminar y corría el riesgo de quedarse paralítico pero su verdadera devoción por mi y el no querer abandonarme, lo llevó a agotarse hasta la extenuación. Su desgaste era gigante y el esfuerzo por vivir un día más junto a mi, también. Yo no podía verlo sufrir ni minuto más en esas condiciones y al final, tras meditarlo mucho, decidí liberarlo de la obligación que él mismo se había impuesto. Seguir conmigo. 
Cuando dío su último y débil suspiro apoyando su cabezita en mis manos, sentí como lo había liberado a la vez que yo también me liberé de tanto sufrimiento. Eran las 15.00 horas del día 29 de Abril del 2009.

Durante la tarde estuve relativamente distraída trabajando en las tareas de mi consulta pero luego, cuando la jornada terminó, sentí la necesidad de salir a dar un paseo como los que daba con él al cierre de mi negocio. No tuve la sensación de caminar sola por la calle. Sin embargo, cuando por la noche regresé a mi casa, un tremendo vacío me desgarró por dentro y sentí que mi habitación estaba helada. Ese fue el duro momento en el que realmente topé con mi realidad. Mi Peque ya no estaba y yo lo había sacrificado. Un horrible sentimiento de culpabilidad me invadió y un séquito de interregantes acrivillaron mi cabeza. Y si lo hubiera llevado al veterinario y administrado más dosis de medicamentos?...

Esa noche no pude dormir ni un segundo y continuamente tuve la sensación de escuchar sus pasitos lentos y cansados sobre la alfombra de mimbre que se extiende a los pies de mi cama. Una vez tras otra levanté la cabeza y encendí la luz esperando verlo allí, con su cabezita reposando sobre la colcha y sus grandes ojos negros mirándome como pidiéndo permiso y ayuda para subir pero... pese al sonido de sus pasitos, no le vi.
Días después de su muerte, mi angustía y soledad había crecido tanto que me obsesioné por no haberlo abrazado con toda mi fuerza... Con todo mi amor, en sus últimos minutos de vida. Lo que en realidad hice fue aguantarle la cabeza para que no se le cayera en el momento crucial y mientras mis manos lo asíeron con delicadeza, pegué mis labios a su frente y bajito, bajito, le hablé intentándo darle toda la paz que pudo salir de mi en ese dramático instante. No quería que se sintiera solo en el trance... No quería que sintiera miedo al pasar "la barrera"... Yo estaba como siempre, con él. 
Los dos sabíamos sin hablar que era nuestro último minuto compartido pero... El no haberlo abrazado me llevó a dos meses tremendos de dolor. Qué torpe había sido!... Ya nunca tendría ocasión de volver a sentir su cuerpecito gordezuelo y peludo entre mis brazos... Cómo había podido dejarlo partir sin darle mi último abrazo?...

 
La vida es bella Amig@s... Con problemas y alegrías, amor y desamor... pero siempre merece la pena vivirla y las Almas sabias son porque para algo se llevan con sigo el aprendizaje de vida. 
No hizo falta que siguiera llorando mi frustrado abrazo porque una noche, sin más, Peque se me presentó en un extraño sueño que aún hoy, después de dos años, no he conseguido descifrar y entonces, no solo permitió que lo cogiera en brazos y que lo abrazara fuerte, fuerte si no que, se subió a una columna para llegar a mi altura impidiendo que yo me tuviera que agachar. El sabía que mi espalda no podía con sus veintisiete kilos de peso levantándo a peso muerto desde el suelo porque en vida lo había comprobado. Si yo quería cogerlo en brazos, él tenía que subirse al sofá o la cama, de otra forma yo, no lo conseguía. 
Esa noche, por fin comencé a descansar. No obstante, durante el posterior año muchas fueron las veces que escuché con claridad el sonido de su collar agitándose en la cocina y siempre a las horas de la comida o de la cena, como si siguera allí... Sentadito en el suelo esperando pacientemente su menú. 
Un día tomé consciencia de que mi Peque, por mucha lógica que quisiera ponerle a los sonidos que me negaba a creer fuesen ciertos, seguía en casa junto a mi, protegiéndome y acompañándome como siempre. Entonces hice una prueba. Encendí una velón rosa que habitualmente prendía estando él en vida y lo coloqué al lado de su capacito. La vela habló y el resultado fue impactante. 

Estas son las imagenes de ese modesto video que realicé apresurada con mi teléfono móvil, sin creerme lo que mis ojos estaban viendo. Cierto es que en las imágenes no podreis apreciar el movimiento real de la llama pues el objetivo queda deslumbrado por el fuego pero, SI se ve con claridad el reflejo de la misma y el fuerte titilar cada vez que yo le hablo a mi supuesto Peque.

  
Tardé semanas en dar crédito a esta realidad, hasta que un día, un buen amigo me hizo abrir los ojos y aceptar que la vela había servido de comunicador entre mi perro y yo, sin embargo, el año de su fallecimiento se había cumplido y una servidora seguía enciéndole velas esperando respuestas. No tardé en volverlo a soñar una y otra vez, cada vez con mayor asiduidad pero, en estas ocasiones, mi Peque me miraba desde la distancia y cuando yo lo llamaba, daba media vuelta y se alejaba de mi hacia un lugar indeterminado y desconocido para mi. Parecía enojado. Con mucha pena entendí que había llegado el momento de liberarlo también de nuestro nexo emocional y energético. El necesitaba seguir su camino y yo no se lo estaba permitiendo.

Una noche, llena de dolor, me estiré en mi cama y me concentré en su imagen. Cuando conseguí que Peque apareciera a mi lado... 
Miré hacia delante y vi un sendero como iluminado tenuemente dentro de una total oscuridad. Al final del mismo, una gran luz se movía sinuosamente. Peque y yo estábamos juntos en el camino y nuevamente debíamos despedirnos.
Le expliqué que había comprendido que teníamos que separarnos y que yo estaba allí, con él, para acompañarlo pero que no podría pasar del umbral de la luz y que él, sin miedos y sereno, tendría que partir solito. Peque me miraba desde su altura, con su cabezita levantada. Con sus ojitos pareció decirme que lo entendía. Llevaba tiempo perdido sin saber que hacer en aquella horrible oscuridad y sin notar mis caricias ni saborear sus comidas... Su confusión había terminado. La luz estaba ahí mismo.

Caminamos despacio, uno al lado del otro, como dando nuestro último paseo. Yo haciéndome la fuerte y él decidido con su rabito erguido. No se adelantó un solo centímetro a mi hasta que, llegando a ese umbral de luz, decidió avanzarme. 
Me fui rezagando viendo como la distancia entre nostros crecía y por unos segundos me angustié creyendo que no se giraría a mirarme pero, cuando ya casi la luz lo abrazaba, aún pude ver su silueta parada y su cabecita girada mirándome como esperando la orden... "Ves Peque... Ves... Vete tranquilo y descansa Amigo. Eres todo un campeón".

Se me llenaron los ojos con lágrimas de emoción y pena, mientras una paz tremenda me fue inundando poco a poco a la vez que mi Peque se fundía con la Luz. 

En este último año, no he vuelto a oir su collar ni a verlo en ningún sueño pese a lo mucho que lo he deseado. Sin embargo la llama de su vela sigue moviéndose cada vez que la prendo como se movía su vigorosa colita cuando estaba contento. De izquierda a derecha.

jueves, 3 de febrero de 2011

La Respuesta está tras el Espejo.



Sueños y Símbolos.

Dentro de las valoraciones oníricas que hoy en día podemos encontrar hasta en internet, existen miles de definiciones de las cuales muchas serán perfectamente válidas para entender el mensaje que esconde nuestro sueño. Sin embargo, por mis propias experiencias que tanto interés despiertan, personalmente opino, que ninguna de ellas es mejor que la respuesta que se siente dentro de uno mismo.

Me explico:
No es que los Diccionarios de Sueños no sean útiles ni válidos, al contrario!, estos ayudan pero, a excepción de los sueños de inversión, en los que todo lo que vemos y vivimos, debe ser interpretado de forma totalemente contraria (y ese va a ser otro tema) podríamos decir que, si dejamos de lado la lógica y nos centramos en la sensación o emoción con la que nos despertamos, cuanto menos, tendremos una pista bastante fiable de por dónde puede ir la generalidad del mensaje. A parte, es importante tener en cuenta los objetos, personas o animales que se han quedado grabados en nuestra mente y que claramente recordamos, al igual que los olores, dolores, sonidos o colores. La luz que vemos en nuestro sueño, también es importante tenerla en cuenta. No es lo mismo soñar que estamos dentro de un recinto o habitación por la que entra la luz solar, que estar iluminados por luz artificial por muy lógico que esto pueda parecer. Los elementos también tienen su importancia, agua, aire, tierra, arena, montañas, lluvia, mar, rio, lago, rocas... En definitva, todo... Absolutamente todo, es válido para nuestro análisis onírico y averiguar su mensaje.
Tras esta introducción he decidido relataros uno de tantos sueños que en este caso, mezclado con otro raro suceso real, creo encontrareis suficientemente interesante. Básicamente se centra en el significado onírico de un espejo, que en este caso se hace trizas, unos desagradables gusanos y una extraña mariposa nocturna que en España jamás puede verse por ser oriunda de zonas polares. Los amantes de los lepidópteros podrán entender perfectamente la anormalidad del caso que evidentemente, pasa a ser otro de esos sucesos extraños a los que denominamos "esotéricos".
"Estaba dormida placidamente en mi cama cuando de pronto comencé a sentirme inquieta y tuve la sensación de despertar. Al abrir los ojos vi como la tenue luz de la luna entraba por la ventana dejando la habitación en una penunbra de color azul ultramar. Entonces sentí dolor en mi estómago y llevé mi mano hacia mi cuerpo para presionarlo, intentando así aminorar ese dolor agudo que aparentemente me había despertado pero, al presionar mi estómago, tuve que levantar la cabeza de la almohada y abrir la boca para arrojar. Para mi sorpresa no fue comida lo que salió de mi sino miles de gusanos que en forma de madejas salían de mi cuerpo sin cesar. Cientos!... Miles de asquerosos gusanos blancos que retorciéndose entre ellos iban cubriendo mi cuerpo!...

Horrorizada por la escena que estaba viviendo me incorporé súbitamente y al sentarme en la cama intentando quitarme de encima todo aquel enjambre de gusanos vi, que frente a mi, suspendido en la nada, había un espejo. Los gusanos habían desaparecido y en su lugar solo estaban mis sábanas revueltas, mi cuerpo sin dolor y mi susto. Medio a gatas por la cama, me acerqué y miré esperándo verme reflejada pero... en el espejo, no se reflejó imagen alguna. Extrañada, extendí los brazos para cogerlo y acercármelo a la cara pero cuando conseguí ver las yemas de mis dedos reflejadas en el... Cuando ya mis dedos acariciaban sus bordes... El espejó se rompió en cincuentamil pedazos estallándome en la cara. Y con su estallido me desperté aterrada, sudada y muerta de miedo, acurrucada en un rincón de mi cama como una niña pequeña en posición fetal. Entendí que debía ir al médico porque mi vida estaba corriendo serios riesgos.
Semanas después de la desagradable pesadilla, obtuve los análisis que tanto se habían hecho esperar y con preocupación pude comprobar que el tratamiento al que me someterían sería largo y no aseguraba conseguir contrarestar, anular o frenar la enfermedad. La preocupación fue evidente.

A los tres meses del inicio del tratamiento, inquieta y sin poder dormir, una madrugada sentí la necesidad impreriosa de acudir a la cocina. Así que me levanté de la cama y me dirigí a calentarme un vaso de caldo pero al encender la luz vi, con extrañeza, algo que me volvió a sorprender aunque esta vez muy gratamente.
Parada sobre el cristal de la ventana, en la parte exterior de la misma, una enorme y preciosa mariposa blanca pareció darme la respuesta a mi pena por la salud perdida. Yo que siempre he sido amante de los insectos y especialmente de las mariposas nocturnas a las que considero realmente una maravilla de la naturaleza, impresionada por su tamaño y su belleza, no pude más

que acercarme extasiada a la ventana para apreciarla con detalle. Élla ni se movió frente a mi presencia. Solo se mantuvo estática y tranquila moviendo teneumente sus antenas en forma de radar mientras yo sentí que me observaba con sus enormes ojos blancos. Me permitó admirarla tanto que hasta incluso pude apreciar lo que asemejaba su respiración con un leve moviemto sincronicazo de su abdomen. Se la notaba serena... Y de repente, sin saber porqué, pareció que su misma serenidad se me contagió a mi. Entonces sentí la necesidad de suspirar profundamente y tomar aire, como si ella me hubiese traído la paz que la preocupación por mi enfermedad me había robado. Después, como dándole las gracias, me dejé llevar por el impulso de colocar mi mano sobre el cristal intentando acariciarla mientras ella siguió confiada y sin moverse.
Debieron pasar entre diez o quince minutos durante los cuales seguí contemplándola con todo mi respeto y admiración. Realmente me sentí hechizada por ella... Tan blanca, aterciopelada, con esas patas fuertes y la vez graciosas que asemejaban llevar calzones... Esas alas tan espectaculares y toda ella de aquel blanco tan impoluto... Sabía que era una mariposa crepuscular de las zonas polares pero era verano y yo estaba en España. Me pregunté si estaría dormida o me lo estaría imaginando... Me pellizqué para despertar pero, noté el dolor del pellizco en mi piel. Era evidente que estaba despierta. No me lo podía creer... Esa mariposa no hubiese sobrevivido en un clima como el de castilla. Me estaba volviendo loca?...
Perdida en mis divagaciones mientras seguía observándola, de repente vi como comenzó a moverse y dando vueltas sobre sus patas, levantó sus alas agitándolas en verticalidad a su cuerpo, camino unos pasos y saltó. Saltó a la nada de la oscuridad de la noche perdiéndose entre las estrellas aunque yo me quedé convencida de que por la mañana, la encontraría caída y muerta en algún rincón. Así que dándole las gracias por su visita y feliz de haber podido contemplar semejante preciosidad, me fui a dormir con una tranquilidad que hacía meses que no conocía. En cuanto los primeros rayos del sol asomaron por la ventana, salté de la cama impaciente, presta a buscar la mariposa de la noche pero, al contrario de otros días, me sentí descansada y contenta. Incluso pareció que mi energía vital había crecido junto a una obsesión: Encontrar a la mariposa dándo por hecho su cumplido fallecimiento. Entonces bajé al patio de la cocina, a ese al que daba la ventana en la que durante aquellos minutos de la noche ella se había asomado a mi vida, convencida de que si su presencia había sido real, no podría andar muy lejos del suelo de ese patio el cadaver de la desafortunada, para la cual no tenía la más mínima respuesta de cómo había llegado a mi casa. Sin embargo, no encontré ni rastro de ella por ninguna parte. Rápidamente subí al tejado, esperanzada en conseguir su cuerpo para guardarlo y admirarlo de por vida pero, ni entre las tejas ni en el borde de ventana alguna, apareció la blanca mariposa.
Pocos días después recibí la comunicación médica de que mi enfermedad había sido superada totalmente y que me daban el alta. Nuevamente estaba sana. La presencia de la mariposa me lo había anunciado."
- Gusanos blancos: Aunque sean desagradables, los gusanos de este tipo, en nuestros sueños, indican renovación. Ellos remueven la tierra, ellos viven de la putrefacción y descomponen dejando el terreno abonado para la nueva vida o la nueva situación. No así los negros que solo hablarían de la pura y dura putrefacción sin más que muerte.
En el caso de los blancos pese a la sensación de asco y desagrado que pueden generar, establecen la prioridad de limpieza, saneamiento o reciclaje y en los casos en los que vemos larvas, para quienes dominen el mundo de los anélidos y sepan distinguirlas de los gusanos, diríamos que la larva blanca es el segundo paso a la vida de una mariposa. Primero el huevo, después el "gusano" (larva), luego llega la crisálida o pupa y tras ella la preciosa mariposa. El gusano blanco o larva está vinculado al arcano del tarot número 13, la Muerte, la cual nos habla de cambio y renovación. Por lo tanto seguimos hablando de vida pese a la sensación desagradable que en inicio se pueda recibir.

- Mariposa: En relación a soñar con este tipo de insectos, yo destacaría la diferencia entre las diurnas y las nocturnas.
Si nos centramos en las mariposas, esas que tradicionalmente se interpretan como tal, su significado sería algo así como el anuncio de un matrimonio o pareja que pese a su aparente dinamismo y alegría, normalmente será de corta duración. Alegría y celebración fugaz así como cambio y renovación (al igual que los gusanos blancos) aunque en este caso nunca irá encaminada hacia una cuestión de sanación física.
Si en nuestro sueño llegamos a cogerla, seremos nostros quienes enamoraremos y "cazaremos" a ese efímero amor. Y si es ella la que se posa sobre nosotros, será entonces el contrario quién nos enamore o "cace" a nosotros.

Sin embargo, si en sueños vemos lo que vulgarmente se identifica como "polilla" y que en definitiva corresponde a lo que son las mariposas crepusculares o nocturnas, lamentablemente, pese a su extrema belleza, debemos darle otro tipo de interpretación.


En este caso, la mariposa toma connotaciones muy negativas, entendiéndose que se convierte en el anuncio de cuestiones complicadas, incluida la salud, que durante un tiempo aportarán a nuestra vida corrosión, enfermedad y preocupación.
El máximo exponente del nefasto anuncio, nos lo dará la visión onirica de la Acherontia Atropos, famosa tras su aparición en la película "El Silencio de los Corderos", y llamada también "Mariposa de la Muerte" o "Calavera" por su carectirístico dibujo en la parte superior del torax. Ya desde la antiguedad, encontrarse con una de ellas o verla en un sueño, suponía vivir con la angustia de que la Parca no tardaría en llegar. Claro que en realidad, al margen de la superstición popular, este maravilloso insecto, no es más que una gran "polilla" totalmente inofensiva que en definitiva no anuncia más que sus compañeras de la familia crepuscular.

Si tomamos como comparativa la mariposa que VI y no soñé, deberíamos tener en cuenta que pese a que también era una mariposa correspondiente a la misma familia que el ejemplar que se muestra en la imagen superior, por su color, BLANCO, la interpretación varía ostensiblemente pues arroja una solución clara, una luz, un final al problema que está generando o generará preocupación. En mi caso, la salud. Es decir, volvemos al cambio, renovación y sanación tras un periodo de preocupación y corrosión incluso en lo físico.

- Espejo: Simboliza nuestras fantasias, ilusiones y la conexión entre el consciente y el inconsciente. El espejo es en definitiva y a grandes rasgos, el "Peito Grillo", nuestro Yo Interno, en definitiva nuestra consciencia que enfrenta y muestra a nuestra razón lo que en nuestro insconsciente subyace escondido.
Si NO nos vemos reflejados en él, la muerte o cambio, vuelve a hacer acto de presencia pues este es un nefasto augurio. Es tanto como decir que nuestro camino está terminado o va a terminar muy pronto. Aún así, también se podría interpretar como una ausencia de ilusiones o metas, según el entorno en el que lo soñemos y el resto del sueño.
Si nos vemos distorsionados, el sueño nos avisa de que no nos aceptamos tal y como somos aunque también nos dice que nos estamos engañando. A veces destacan partes de nuestra rostro o cuerpo, exageradamente deformados, ampliados o minimizados. En estos casos el mensaje deberá entenderse como que nuestro interior nos destaca esas zonas corporales, anímicas o internas que despreciamos de nosotros o que están enfermas y que tenemos que cambiar o sanar.
Si la imagen es clara y real, querrá decir que nos conocemos bien y que nos aceptamos tal y como somos. En consecuencia podremos alcanzar nuestros objetivos de vida con la misma claridad y realismo con la que nos vemos reflejados.
Cuando el espejo se rompe, nos habla de la destrucción de nuestras esperanzas y ambiciones o simplemente de la destrucción de nuestra propia imagen. Degeneración, enfermedad, abandono. De esta forma, cuando nos vemos reflejados y el espejo estalla, podríamos hablar simplemente de odio o desprecio hacia uno mismo.

... Me sentí observada por sus grandes ojos mientras la admiraba.

miércoles, 12 de enero de 2011

BAD TOUR. Barcelona 1988, Estadio del Camp Nou.


Cosas que solo pasan una vez en la vida.

En algún sitio de este blog "Artemisa", he dicho que lo abrí (hace casi un año aunque lo haya tenido parado) para hablar del esoterismo de una manera distinta a lo habitual. Y si buscamos en el diccionario la definición de esta palabra, en lo más escueto que a su vez es demasiado amplio, encontraremos "oculto", "secreto" y hasta "reservado" pero... Reservado a qué, quién o quienes?

Posiblemente en mi Web Oficial Artemisaforo: http://www.artemisaforo.com/, comenté en algún artículo que el esoterismo de la Edad Media era mucho más ámplio y oscuro de lo que hoy en día es porque, afortunadamente, la ciencia, cada día ha investigado más y esclarecido cuestiones que antaño estaban "reservadas" a lo desconocido y a las cuales hoy, ya se les ha encontrado la lógica razonable. Y sin embargo, la mente humana, sigue siendo La Montaña Insalvable.
Por desgracia, aún queda demasiado por desentrañar de esa materia gris de la que sabemos tan poco y estoy cada día más convencida de que abarca mucho más de lo que nos imaginamos. Esa fuerza tan tremenda y amplitud de nuestro pensamiento, de nuestra voluntad, de nuestra energía, tanto física como interna que, en definitiva, seguramente no sea otra cosa más que energía "biológica" que se genera a través de nuestra química orgánica, a mi me hace creer y cada día con mayor convicción que, cuando partimos de este mundo dejando nuestro cuerpo, efectivamente, nos comunicamos y realizamos con otro tipo de tareas en el "más allá" y con total plenitud de facultades aunque sean a otro nivel que seguramente nos es dificil de entender ni aceptar desde el plano físico y de la materia en el que estamos. No es que crea esto por cuestiones religiosas ni por aferrarme a que tras mi muerte, tendré un aliento de vida aunque sea de otra forma. NO! Lo creo porque mis contactos con el "otro lado" han sido muy evidentes y el último, me sacó de un pozo del que nunca creí salir.

Hace pocos días edité la página en honor a Michael Jackson y dije que algún día explicaría el por qué de mi interés póstumo hacia el artista. Pues bien, creo que voy a hacerlo ahora. Para qué esperar más?...

"Corría el 88 y MJ llegó a Barcelona para celebrar su BAD TOUR.
Por aquellas fechas yo salía con un chico que curiosamente se llamaba Miguel y era un fan incondicional de Jackson. A mi me gustaba el cantante pero no tanto como para ir a verlo a ningún concierto. Las entradas eran caras y no me gustaban las masas de gente ni el estrepitoso ruido ni tampoco los insoportables focos. Pero mi chico, sin preguntar, sacó dos entradas para el concierto, en primera fila, justo debajo de los pies del artista. Quería verlo bien... Tocarlo a poder ser y pedirle un autógrafo. El cantante acostumbraba a dejar subir al escenario a alguna que otra fan para que le abrazase. Parecían espontaneas pero, casi nunca lo fueron porque Jackson tenía pánico a las masas. Ya se había visto arrastrado de pequeño por las fans de sus hermanos y en consecuencia, su cordón de seguridad era insalvable, a menos que él diera la autorización de paso. Miguel creyó que estando en primera fila, uno de los dos, él o yo, lo conseguiríamos pero, pese a su ilusión, mi negativa fue rotunda. No hará falta explicar que nunca más tuve oportunidad de ver a Michael Jackson en persona y por cierto... Finalmente, me arrepentí de no haber aceptado la invitación.


Con los años, al igual que el artista, yo también me vi violentada y sometida a cuestiones con ciertos y desgraciados paralelismos que consiguieron dar al traste con mi felicidad, mis ilusiones y mi paz. Y como él, yo también me encerré en mi misma y agrié mi caracter. La chica inocente, sensible y tímida, cariñosa y vivaz, servil y optimista, se convirtió en una mujer traicionada, desconfiada y dolida. Encerronada y desengañada de la vida, agonizaba en una inacabable depresión a la cual, solo le veía salida con la llegada de mi muerte. Hacía tiempo que no me preocupaba lo qué era del cantante, sumido en su interminable silencio aunque, sí me alegró el anuncio de su concierto y lamenté que mi economía no me permitiera viajar a Londres para verlo en vivo. This is it...
La mañana del 25 de Junio del 2009, ignoro por qué lo hice pues no tengo el hábito de hacerlo, nada más abrir los ojos, noqueada aún por los somníferos que había tomado por la noche para dormir, le di al mando de la TV.

Eran las 9.00 de la mañana y el informativo anunciaba el fallecimiento del artista durante la madrugada. Sin ningún tipo de lógica aparente, me quedé en estado de shock y comencé a llorar por él. Solo conseguí parar, tres días después. Ni trabajar ni dormir ni comer ni, nada. La pena y el dolor que me invadió fue tan enorme... Tan angustiante... Un dolor de verdad que llegó a ser hasta físico y que se me incrustó en el pecho como si viviera en un perpétuo infarto. Opresión... Parecía que en vez de "un cantante más de tantos"... Un desconocido, se hubiese muerto mi novio o mi marido. Pero que absurdo!... Qué sensación tan extraña por un desconocido!... Deduje que mi estado anímico estaba tan debilitado que todo me afectaba en demasía pero...
La tercera noche, desencajada y abatida aunque algo más conformada, me senté en la cama rodeada de pastillas, decidida a hacer una barbaridad. Y allí, haciéndo balance de mi vida mientras mantenía la caja de píldoras en mi mano y la mirada fija en la nada, me quede en un estado de semi-inconsciencia que no sabría definir. Se que no fue un trance porque no tuve sensación alguna de iniciarlo y si me quedé dormida, desde luego, no me enteré. Para mi fue algo... Muy raro a lo que no tengo explicación.
De pronto ya no me encontré en mi cama, sola y amargada si no, estirada en un impoluto sofá blanco, feliz y satisfecha. Mi cabeza tampoco reposaba en el cabezal si no, sobre las piernas de alguien a quien sabía que conocía de siempre pero al que de momento, no le vi la cara. Era una tarde fabulosa de verano y yo estaba en compañía de mi pareja, una pareja inexistente en mi vida real pero que ahí, era de verdad. Relajados... Despreocupados de todo y disfrutando tranquilos de nuestra compañía mientras nos hacíamos caricias en un apartamento de verano, desconocido para mi, que permanecía con los ventanales de la terraza abiertos de par en par. Tuve la sensación de ser un bebé mimado y protegido por ese "alguien" que disfrutaba acariciándome la cara. Y mientras me recreaba en esa estupenda felicidad, observé las blancas y transparentes cortinas que llevadas por la cálida brisa, se alargaban y balanceaban juguetonas hasta el sofa, como si quisieran también acariciarme. No hacía ni frio ni calor. La temperatura era perfecta y yo llevaba unos pantalones cortos, también blancos, mientras miraba mis pies jugueteando descalzos entre los cojines del mullido sofá. Ni una palabra, ni un murmullo... Calma... Solo mis suspiros de paz que de vez en cuando se me escapan de entre los labios o las pequeñas carcajadas de alegría que mi compañero daba tras hacerme alguna caricia o cosquilla, interrumpían el agradable silencio. Era todo perfecto... La luz del sol entraba iluminando el comedor de una forma indescriptible. Todo blanco... Todo luminoso y cálido... Todo paz, alegría y amor. Todo lo contrario de lo que en mi vida y desde hacía muchos años, estaba teniendo.
Recuerdo que tan pronto me sentía integrada en la escena como, de repente, la presenciaba desde el exterior de mi cuerpo observándo la situación como si fuera una mera espectadora que se sentía feliz con el argumento de la obra.
Mientras seguí estirada, alargué mi brazo hacia atrás, por encima de mi cabeza, para acariciarlo a él y entonces toqué una pierna delgada y huesuda vestida con pantalones holgados de fina tela. Suavemente le froté la rodilla y... Casi en el mismo instante, también miré hacia arriba buscando su mirada mientras en mi cara se dibujaba una sonrisa de oreja a oreja. Esa expresión hacía tanto tiempo que no la veía en el espejo...


Mis ojos vieron a Michael que a la vez, me observaba atento, con gesto benevolente. Sonriente, me acarició la frente apartándome el cabello. Cuanta ternura había en él!... Cuanta!... Cuanta necesidad y ganas de dar amor... Y cuanto miedo a la soledad. Feliz y pleno porque ya no era "uno" sino que éramos "dos".
Le pedí salir a dar un paseo y él, simplemente, asintió con la cabeza, con su hermosa sonrisa y su sincera mirada que no apartó de mi. Entonces salimos de aquel placentero apartamento vacacional, uno junto al otro, y alargando su mano intentó encontrar la mia pero yo, despistada con el tráfico, no llegué a cogérsela porque cuando me di cuenta de que caminaba con su mano abierta y extendida, ya me había rebasado cruzando la calle. Sus pasos eran largos y decididos, y tenía prisa por llegar al bar para parapetarse del intenso sol.
Las sillas y la mesa eran de lona blanca y madera, y sobre nuestras cabezas había un enorme parasol blanco que aún reflejaba más la intensa luz. Una pequeña verja de madera nos separaba de la también blanca arena de la playa y al fondo se veía un mar azul celeste, brillante e intenso, que se fundía con un cielo del mismo color. Ni ruidos de gentes, ni gritos de niños, ni motores de coches... Solo se escuchaba el sonido de las olas acompañándonos de fondo. Dios!... Qué paz tan grata!...
Respiré la brisa marina complacida por el momento que estaba viviendo y entonces noté su olor...
Olor a chicle y caramelos...
A golosinas de esas que nos gustan tanto cuando somos niños...
Michael se había vestido para nuestra salida y había escogido una ropa extraña. Un traje blanco como de cuero ceñía su delgada figura y unas correas doradas cerraban las largas mangas de la cazadora. Su corto, liso y negro cabello caía sobre su frente en dos ondas de total simetría que había peinado con una perfecta raya central. Una imagen suya que para mi, sin ser seguidora del artista, me era totalmente desconocida.

Después de sentarse apresurado, me miró con ternura y entonces, escuché su voz. (Algunas personas se han reido de mi vivencia y me han preguntado como pude entenderlo si yo no sé ingles y él no hablaba castellano pero, solo puedo decir que no le vi abrir la boca ni pronunciar palabra pese a que su voz, la escuché muy clara.)

- Estás bien? (me perguntó)
- Ahora si pero... Son tantos mis problemas que, ya no puedo más. (le respondí angustiándome)

Cuando quise seguir explicando, con mi cabeza agachada, a punto de llorar, Michael reaccionó de inmediato y acercándose a la mesa, se encogió hasta mi altura, clavó el borde del sobre en su pecho y buscando mi mirada, hizo el gesto de silencio. Luego estiró su cuerpo recuperando su posición normal en la silla, apoyó sus brazos extendidos, dobló el izquierdo sobre su codo derecho y alargó su mano derecha hacia mi. Una mano grande y firme con dedos gráciles y largos. Después, con paciencia a que me recompusiera de mi angustia, terminó mostrando su blanca palma que sostuvo con firmeza en el aire durante unos minutos mientras siguió observándome en silencio hasta que cambió su sonrisa por preocupación. Se quedó pensando.


Cuando volvió a sonreir, me dijo poniendo entusiasmo a su suave y dulce voz:

- Ven!... Ven conmigo!. Yo estoy bien!. Se me han terminado los problemas. No lo ves? Mira que tranquilo que estoy ahora! No sufras por mi... No sufras más! Aquí, estarás bien. Conmigo!

Recuerdo que sus palabras me hicieron pensar:

- Contigo?... Pero si estás muerto cariño!...

Y sin embargo, aceptando su invitación, alargué mi mamo para coger la suya sin dudar ni un segundo.

Notaba ya el roce de sus dedos en la yema de los mios cuando, de pronto...
Súbitamente me incorporé en la cama faltándome la respiración. Tenía palpitaciones y el corazón parecía salirse por la boca. Curiosamente, a pesar de quererme morir, me asusté frente a la seria posibilidad de una muerte por infarto. No quedaba ni rastro de Michael, de la hermosa playa ni del olor a chicle y caramelos. Nuevamente estaba sola con mi cruda realidad y la caja de pastillas en mi mano."

Ignoro que fue lo que me pasó. Quizás si hubiese estado en una Clínica de control del Sueño, me habrían dado un diagnóstico pero, no fue así. Aún hoy me pergunto si sufrí una amnea o algo similar aunque estoy convencida de que no me quedé dormida sentada en mi cama o, al menos, no del todo. Pero sin duda, la razón, terminó llevándome a creer que no debió ser así. Finalmente, la conclusión a la que he llegado es, que dormida o despierta, debí estar pasando la barrera entre la vida y la muerte porque sé que mi excitación y mi taquicardia al incorporarme, correspieron al miedo de traspasar "la linea". Para mi fue evidente que mientras mi subconsciente estaba dispuesto, no fue así en mi consciente por mucho que la caja de pastillas siguiera en mi mano.
Dicen que cuando sueñas con un difunto y lo besas o abrazas, abrazas poco menos que a la Muerte. Tocar a un muerto en sueños, parece ser que es admitir internamente, nuestra inmediata defunción. No es así cuando nos tocan o abrazan ellos.
Cuando conseguí reaccionar, busque como una loca toda la información que pude recopilar sobre el artista. Fotos, videos, textos... Y de pronto, volví a sobresaltarme. Nunca había visto a Jackson con el pelo corto y liso. Creí que yo me lo habría imaginado a mi gusto pero resultó que efectivamente, había llevado el cabello así durante una época de su vida. Tampoco le había conocido ninguna indumentaria similar. Blanco y dorado!... Pero si siempre iba de negro o como mucho con camisas y camisetas blancas!... Y sin embargo, las fotos con un atuendo muy parecido, también existen.

A lo largo del primer año de su defunción, vovlí a "verle" en tres ocasiones más y en una de ellas, doy fe de que, si estaba totalmente despierta. Sin posible duda.

Esa noche apareció mientras yo estaba viendo la TV.
La habitación estaba a oscuras y solo los chispazos de la película reflejaban algo de luz en el moviliario cuando, de pronto, algo atrajo mi atención. Un humo blanco se estaba formando a los pies de mi cama y pude ver como, poco a poco, fue disipándose mostrando la imagen del fallecido con sus mechones rizados y los brazos cruzados a la altura de su pecho. Volvía a estar ahí y... Me estaba mirando!...
Ignoro si sus pies estaban o no en el suelo porque la altura de la cama impedía ver sus piernas al completo. No es de extrañar que, como en otras apariciones que ya había presenciado, pudíera estar incluso flotando.


No era el mismo de la vez anterior. Aquella alegría ya no estaba. Por contra, su mirada retadora y desafiante, pese a su leve sonrisa y la cabeza ladeada, me dieron las pistas de lo que con el gesto preguntaba irónicamente:

- Que?... Cómo estás?... Asustada?... O ya tienes las cosas claras?

Solo le faltó mover la punta del zapato compulsivamente, picando en el suelo, para que su actitud fuera la clásica regañina que nos dan cuando somos niños pero, también tuve la intensa sensación de que él tenía la duda de haber perdido el tiempo conmigo. Yo, confusa y vacilante, no tengo idea de lo que pensé o, si pensaba o no pensaba. Solo busqué sensaciones como un radar abierto a las señales y me lancé a sentir...
Su cambio de actitud pese a entenderlo, me dolió... Me dolió porque sabía que era "ahora o nunca" y que si optaba por el "nunca", jamás volvería a vivir un momento tan bonito como el vivido con él meses antes. Pero pese a la melancolía de aquella "fantasía" no sentí que fuera mi momento. Ya no. Por eso seguí sentada en la cama, estufecta y espectante a su imagen o sus señales sin moverme para nada. El, algo tenso pero ya intentando aguantar la risa, se mantuvo durante unos largos instantes inmóvil, mirándome fijamente, como escudriñando en mi interior o quizás esperando mi exclamación de ayuda, de pánico o desesperación. Pero nuestro encuentro inicial me había dado toda una lección y no creo que mi interior albergase ya dudas de querer seguir en este mundo. Por supuesto, de mi boca, tampoco salió palabra más allá de un sorprendido y suave... "Michael"!... que se me escapó entre susurros cuando me di cuenta de que entre aquel humo blanco que se iba formando, estaba él. Tampoco me atreví ni a pestañear por miedo a perder su imagen pues sabía que si parpadeaba, facilmente podría dejar de verle y me complacía que estuviese ahí. Esa noche vestía sus clásicos pantalones de lino negro y su camisa blanca de anchas mangas.
De pronto, supongo que por mi pasividad y constatando que se marcharía tan solo como había llegado, entre resignado y feliz, levantó los brazos y la cabeza hacia el cielo pidiéndo fuerza y luz para mi. Lo dio todo... Esmerado y entregado totalmente a la causa. A mi causa. Como un Chamán... Como un Protector que antes de su partida deja a quienes guía en el "buen camino" y con la protección que necesitan. Y tras permanecer así unos minutos, bajó los brazos, abrió los ojos y al mirarme me sonrió generosamente. Entonces sentí otra vez su reconfortante paz. Ya estaba tranquilo y sereno, y mostrandome su maravillosa sonrisa, demostró su orgullo por mi. Ya no me veía como a una niña a la que había que regañar o poner contra las cuerdas para que decidiera. Su tiempo era tan valiso o más que el mio y en ese momento me estaba viendo como a una mujer a la que había conseguido ayudar a decidir. El, también había conseguido su meta o su deber pero, sentí que le costaba marcharse. Quizás su unión con la materia estaba todavía demasiado fresca o puede que entre nostros existiera eso que llamamos "deuda kármica" y que en vida nunca fue saldada.
No me dio ningún abrazo pero sentí como si me traspasara con su fuerza y su luz. Luego, serenidad y confianza... Sensación de que las cosas, definitivamente, iban a cambiar.
Supongo que tras su última mirada, dedujo que la lección estaba aprendida porque en definitiva, ni era mi momento ni me iría con él a ninguna parte y simplemente, agachó la cabeza como con tristeza, cerró los ojos y se desvaneció. Sentí que no quería dejarme o dejar el plano en el me encontraba yo, La materia, y por instante la imagen de sus hijos me vino a la mente.


Cuando me encontré sola en la habitación, me di cuenta de que los oidos me zumbaban y de que las lagrimas caían de mis ojos en silencio y no era por sequedad a falta de papadeo sino, de puro y duro dolor frente a una despedida del que pareció ser mi pareja de "toda la vida". Tres meses después de su última aparición en mis sueños o realidades, el 25 de Mayo del 2010, una buena e inesperada noticia llamó a mi puerta y esta pareció ser el preludio al final de una época muy negra que años antes, se había iniciado con el accidentado Vuelo de la Lechuza estampada en mi coche.
Poco a poco mi ánimo fue remontándose y mi fuerza creciendo, y entonces terminé de comprender la prueba a la que Michael me había sometido para que entendiese mi propia realidad. Pero aún hoy me pregunto porqué me escogió a mí entre tantas personas que le siguieron en vida y lo quisieron. Quizás solo lo "entienda" o confirme, el día que traspase esa línea. A lo mejor entonces, tenga opción a que "alguien" me lo explique o puede que no haya nada que explicar y que simplemente, cumpliera con un encuentro que debió haberse celebrado muchos años antes, de una forma feliz y diferente, disfrutando de una materia y juventud que para él, era ya inexistente. Después de todo esto, tengo que añadir que muchas han sido las veces que he intentado contactar con él voluntaria y conscientemente pero sin embargo, el día que se fue de mi vida, pareció marcharse eternamente. Nunca más lo he vuelto a ver.
No es esto esotérico?...

Sé que para muchas personas, Michael Jackson ha sido un Angel y yo, ahora, no me atrevo a ponerlo en duda porque desde luego, aunque en imagen "virtual", a mi, me salvó la vida pero también pienso que no debí ser la única a la que "ayudó" tras su muerte.
Amigos, acabais de confirmar que yo también he pasado, como muchos de vosotros, trances duros que con trabajo he superado. Puede que alguien me haya entendido o puede que a partir de ahora, me considereis más loca que cuerda. Aunque eso os lo dejo a vuestra elección, sin preocuparme demasiado. A fin de cuentas, no dejó de ser un "sueño" que me hizo reaccionar. Y los sueños dicen que... Sueños son.


Sabemos que Michael Jackson no tuvo una vida fácil pese al dinero que llegó a ganar y sin embargo, hasta casi su "adios" definitivo, siempre envió mensajes en contra de la degradación humana, regaló sonrisas, agradecimientos y paz. Vitalista y pasional hasta su último aliento, en sus peores momentos, siguió aferrandose a su canción favorita y al recuerdo de uno de los artistas más admirados para él.




Sonrie!
Todo pasa y la vida, a pesar de todo, merece la pena.
Entiendes ahora mi agradecimiento y admiración hacia el artista?

sábado, 8 de enero de 2011

El Vuelo de la Lechuza.


Recuerdos Acásicos?...
Para el ser humano y desde lo más profundo de nuestros recuerdos acásicos, el encuentro con una lechuza, no parece ser positivo y lejos del valor ornitológico que, como hermosa ave noctura de rapiña le podamos dar, se dice, se comenta que ver, cruzarte o soñar con una lechuza blanca es símbolo de desgracias y muy mal presagio.

Pero... De donde surge esta idea, esta superstición o recuerdo encerrado en la profundidad de nuestra mente?...
Después de muchos años de letargo, el ser humano parece estar despertando a la consciencia y desde años, investagadores y antropólogos, siguen las pistas de la Civilización Sumeria mucho más allá de lo que algunos podamos imaginar. Quienes fueron los Sumerios?... El profesor Sitchin explica su teoría sobre el mito de esta civilización desaparecida.

 
Y ahora sigamos con otro video, el número 5, de esta interesante serie que en Youtube podemos encontrar sobre Niburu, los Anunakis y Sumerios.

 

Si quizás raras veces has oido hablar de todo esto, ahora te propongo que observes esta imagen:


Te parecen lechuzas?... Pues es la expresión de algún artista de la época frente a lo que veía. La imagen física de sus reyes, talladas en piedra. Evidentemente, quizás tu te digas... "no sabía esculpir" pero ahora, observa esta otra fotografía:


No te llaman la atención esos grandes y profundos ojos que te miran fijamente?... No te recuerdan a alguien?...
Con la película, La Cuarta Fase (The Fourth Kind), supuestamente basada en un hecho real, podemos comenzar a entender de dónde nos llega ese pánico o incomodidad que sigue normalmente al encuentro con una lechuza, ya sea durmiendo o en la realidad, y a la vez, quizás deducir, de dónde nos viene ese recuerdo acásico del que hablaba al pricipio de este post.
No hará falta decir que para los amantes de la ufología, tanto Sumerios como extraterrestres y sus tan temidas abducciones, de las que por cierto, existen aparentes pruebas en casi todo el mundo, son más que reales. Sin embargo, a los que les cueste creer que los visitantes de otros mundos, en este caso Niburu, fueron quienes generaron la vida en la Tierra y los que de vez en cuando aún se presentan para investigar con sus "conejillos de indias", es decir, nosotros, creo que cuanto menos, debieran dejar una duda abierta sobre la mesa porque no se puede negar que las estatuillas tienen una buena semejanza a las lechuzas o como poco, una mirada inquietante y enigmática.

En mi caso solo he tenido tres encuentros con lechuzas a lo largo de mi vida, y lo que en los tres casos sucedió fueron, ciertamente, desgracias.
La primera vez, la lechuza, se empotró físicamente en el cristal de mi vehículo.
La vi venir volando hacia mi mientras rodaba por la autopista de noche. Blanca... Impoluta... Grande y magestuosa pero, ignoro si deslumbrada por la luz de los faros o porque el destino quiso ponerme a prueba, la lechuza comenzó a bajar y terminó colisionando conmigo. Afortuadamente, tras el tremendo impacto y con su cabeza ensangrentada en el interior del coche mientras las plumas de su cuerpo se movían por la velocidad que intentaba aminorar para estacionarlo en la cuneta, pude ver como aquel desgraciado animal, tan hermoso en vida y magestuoso en vuelo, me miraba moribundo con sus grandes ojos negros clavados en mi. Parecía pedir clemencia. Lamentablemente, no pude salvarla pero sí me tomé ese accidente como un aviso de "algo". Semanas más tarde, por tres veces en tres meses, escuché a una lechuza llamarme. Su opaca voz provenía del campanario y rompía el silencio de la noche resonando entre los muros de la plaza con un incómodo eco.
Era otoño a la hora en la que paseaba a mi perro, rayando la madrugada. Yo sabía que estaba allí... Estática, con su mirada clavada en mi y aunque no la viera, me sentía inquieta e intranquila, con una sensación extraña, observada por aquellos grandes ojos negros con los que su compañera moribunda me hubo mirado. Solo fueron tres semanas y tres llamadas, después, por mucho que volví a salir a la misma hora y en el mismo lugar, no volví a escucharla. Un mes después comencé mi convivencia en pareja y cuatro años más tarde, cuando el amor se tornó agrio y violento, volví a ver otra lechuza pero esta vez fue, en mis sueños.


Salió de mi casa y de mi vida por la ventana, arrancando con trabajo un largo vuelo hacia el negro cielo en el que se perdió sin remedio. Pero antes de partir, la lechuza, de espaldas a mi, giró 180 grados su cabeza, volvió a mirarme como despidiéndose y yo entendí, sin saber porqué, que debía protegerme. Poco después de este sueño, el que era ya mi expareja, enloquecido por una ruptura que de ninguna forma estaba dispuesto a aceptar, intentó robarme la vida.
Después de lo sucedido, para mi, aquella lechuza de mi sueño que pesadamente levantó el vuelo mientras su blanca silueta se perdía en el negro cielo fue el anuncio de mi más que posible muerte de la que milagrosamente, aún no sé ni como, me salvé.


Volando accidentada llegó a mi y se marchó dejándome sentenciada. Menos mal que algún Angel debió protegerme.